jueves, 31 de enero de 2013

La paternidad responsable garantiza el éxito de la familia

Frases como "madre sólo hay una, padre puede ser cualquiera" definen claramente a nuestra sociedad. El desequilibrio que produce la ausencia de una figura paterna correcta en el hogar ha determinado nuestro destino, la balanza se inclina hacia la emoción y el sentimiento, perdiendo valor la razón; y su fruto, hombres y mujeres  faltos de carácter. 



Es frecuente escuchar a los hijos decir “mi padre llega muy tarde a la casa y casi no nos vemos”, “mi papá no tiene tiempo para ayudarme con las tareas, porque llega muy cansado del trabajo” o “me da mucho miedo cuando mi papá se enoja y más cuando se emborracha”; por eso es necesario hacer un pare en el camino y reflexionar sobre la figura paterna, la cual, de acuerdo a la experiencia que hemos tenido en nuestros hogares, nos crea un concepto de Dios padre.

Para poder entender  la importancia del padre en la  familia y  su aporte al desarrollo de los hijos debemos señalar los siguientes aspectos:

1. El padre es el primer modelo de hombre que tienen los hijos. 

Él es el héroe de los niños, el orgullo de ellos y el ejemplo a seguir. Cuando el padre no está cumpliendo correctamente su papel al niño le cuesta encontrar las capacidades, talentos y reconocer los logros en los otros.


2. Ocupa un lugar destacado en la configuración de pertenencia de los hijos a la familia y la sociedad.

En nuestro país, Colombia, tenemos un sentido de pertenencia muy bajo, responsabilizamos a otras personas de lo que nos corresponde, decimos que hay delincuencia por culpa del gobernante o el policía que no está realizando bien su trabajo; que si los jóvenes tiene un grado muy bajo de cultura o educación, es porque sus profesores son malos, o la institución educativa es de baja calidad; cuando hay un despido del trabajo la culpa recae sobre el empleador, porque “nos la tenía montada”, y todo esto es producto de la falta de sentido de pertenencia, cuando lo hay, entendemos nuestras responsabilidades y las cumplimos a cabalidad.

3. Es una ayuda en el desarrollo social de los hijos, en su equilibrio emocional.

De ahí la necesidad de que el padre posea un equilibrio de su personalidad, sin rasgos de dominación, y mucho menos de subyugación. Su actuación ante los hijos debe basarse en la afectividad y en la negociación, antes de convertirse esta en actos dominantes o sobre protectores. Él es quien debe generar protección, seguridad, provisión y no temor y resentimiento en los integrantes de la familia.

4. El padre como modelo proactivo sabiendo sacar lo positivo de las circunstancias por las que atraviese la familia.

El optimismo es una característica que poseen las personas de fe, un padre dispuesto día a día a que su fe en Dios crezca, levanta una familia llena del poder, del amor y la misericordia de Dios.

5. El padre como modelador de las emociones y sentimientos de sus hijos, ayudándoles a verbalizarlas y comprender sus fracasos.

En nuestra sociedad hay muchas personas que no saben expresarse, mucho menos enfrentar el fracaso, lo que los lleva a que, frente a los retos, sus respuestas sean “no crea que pueda”, “es muy difícil para mí”, “no sirvo para esa labor”.

6. El padre como modelo de marido, como ejemplo de trato y comunicación de la pareja.

En nuestro municipio (Yumbo, Valle del Cauca), es común ver como la madre debe encargarse, sola, de su casa, darles alimentación, salud, educación, y vivienda a sus hijos, con una figura paterna ausente, ya sea porque nunca se responsabilizó y la abandonó, o porque está fuera del país buscando oportunidades laborales, o sencillamente porque no ha tomado el papel que le corresponde en la familia, muchas de ellas han soportado el maltrato físico y verbal de aquel que debía generar protección y seguridad, y todo porque el padre tuvo un modelo incorrecto, lo triste es que él es el modelo que sus hijos seguirán.

Cuando ese modelo paterno no cumple con estos aspectos vienen consecuencias en el desarrollo de los hijos y de la sociedad, a continuación nombro algunas, quizás las más relevantes: 

1. Pérdida de contacto afectivo y lúdico: la presencia del padre es vital en el desarrollo del aparato psíquico del niño

2. Pérdida de la dinámica familiar: Los hijos no sabrán relacionarse con personas del sexo opuesto

3. Aparición de conductas agresivas
  • Temores fóbicos
  • Soledad, depresión, inseguridad, ausencia de afecto, 
  • Fracaso escolar, conducta antisocial, dejadez, vagancia, consumo de productos tóxicos.
4. Se afecta el desarrollo emocional al perder la proyección de persona competente, fuerte y segura de su género

5. Pierde el modelo de autoridad que se debe expresar en forma de servicio, de ayuda, de intervención adecuada en situaciones de conflicto

6. Pierde la capacidad de confrontar las influencias ambientales

7. Pierde la capacidad del auto cuidado.

Pero, sabiendo todo esto, viendo esas consecuencias en nuestras vidas, y quizá en nuestros hijos, ¿qué debemos hacer?

El apóstol Pablo, en la carta a los Gálatas capítulo 4, verso 6 dice:

“Ahora, como ustedes son sus hijos, Dios ha enviado el Espíritu de su Hijo a vivir en ustedes. Por eso, cuando oramos a Dios, el Espíritu nos permite llamarlo <<Papá, querido papá>>” (Traducción en lenguaje actual)

La obra del Espíritu Santo es vital para que el concepto errado de padre cambie, y podamos acercarnos a Dios como nuestro “Papá, querido papá”, el ejemplo más claro lo encontramos en el rey David.


En el salmo 23, David expresa que Dios es nuestro pastor, el ejemplo que él tenía era de acuerdo a su experiencia, su labor diaria consistía en cuidar las ovejas de su padre, y lo hacía bien, era un buen pastor. El entendió que así como el cuidaba esas ovejas, así Dios padre nos cuida, entendió que Dios era el líder que guiaba su vida. Aunque no haya tenido una figura paterna correcta, recordemos que cuando Samuel fue enviado a casa de Isai, padre de David, a ungir al próximo rey de Israel, Isaí presentó ante Samuel, lo que él llamó, todos sus hijos (1 Samuel 16), y olvidó al menor, ese era David, quien estaba pastoreando las ovejas de su casa, aún así, David conoció a Dios como el padre ideal, pero ¿de qué forma pudo romper el molde errado?, la adoración logró romper el modelo incorrecto. David, mientras cuidaba las ovejas interpretaba su arpa, y componía salmos para Dios, y entre más se adentraba en ese ambiente, el Espíritu Santo actuaba en su mente y corazón, y David, cada día, convertía su música en un medio para adorar a Dios, para reconocer lo que Él es.

¿Quieres romper ese molde errado que has recibido de un papá?, entonces adora a Dios, convierte tu día a día en un medio de adoración. Recuerda que una de nuestras responsabilidades es dejar un legado a las futuras generaciones, que tu legado sea el ejemplo de una buena familia.


"Dentro de cincuenta años no importará:
El tipo de coche que condujiste.
El tipo de casa donde viviste.
La cantidad de dinero que tuviste en el banco
Ni la calidad de la ropa que usaste.
Pero el mundo tal vez sea un poco mejor

Porque fuiste importante en la vida de un niño"

David Gutiérrez Medina
Misión 586 12 Comunidad Cristiana
Fuente: La función del padre de familia, José Moreno Millán



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