martes, 1 de noviembre de 2016

Conociendo al Padre Celestial (1a Parte)




Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?
Mateo 7: 11

Aunque el título de este artículo suena un poco místico, quiero que abran sus mentes y sus corazones para poner a "ras de piso" el concepto de Padre Celestial y así poder derribar prejuicios que la religiosidad ha fortificado en nuestras mentes respecto a este tipo de temas.

Para entender la razón por la que Jesús hace un paralelo entre los padres terrenales y el Padre Celestial debemos remontarnos al principio de la historia de Israel. Aproximadamente 80 años después de la muerte de José (quien fuera gobernador de Egipto), Israel está bajo esclavitud, allí Dios decide manifestar su misericordia, dice en Éxodo 2: 23-25

"Aconteció que después de muchos días murió el rey de Egipto, y los hijos de Israel gemían a causa de la servidumbre, y clamaron; y subió a Dios el clamor de ellos con motivo de su servidumbre.
Y oyó Dios el gemido de ellos, y se acordó de su pacto con Abraham, Isaac y Jacob
Y miró Dios a los hijos de Israel, y los reconoció Dios."

E inmediatamente Dios corre hacia el desierto y llama a Moisés (Éxodo capt. 3), aquí nace una serie de cuestionamientos que son vitales tenerlos, ya que la respuesta para dichos cuestionamientos nos permitirá entender la forma como Dios actúa, uno de ellos es ¿por qué buscar a Moisés?, ¡es tartamudo! ¿Qué puede hacer un tartamudo en una corte real? Muchos predicadores han dado como respuesta a este cuestionamiento la mal empleada frase "¡Es para que Dios se glorifique!" y cuando el auditorio salta de emoción con un atronador "amén" acompañado de efusivos aplausos rematan diciendo "¡Dios busca a gente como tú o como yo para glorificarse! ¿¡Cuantos dicen amén!?"... (aportando más mediocridad y falta de progreso a la iglesia cristiana)... pero no, no es por esos que sale al desierto a buscar a Moisés; analicemos la situación, Moisés tenía 80 años (Éxodo 7:7), supongamos que salió huyendo de Egipto a los 40 años, es decir 40 años ausente del acontecer del pueblo israelita y recordemos, ¡está en el desierto!, no hay televisión, ni radio, tampoco teléfonos celulares, mucho menos redes sociales, en otras palabras está totalmente desconectado del acontecer israelí y sus padecimientos en Egipto.

Ahora, para entender el por qué Dios llama a Moisés debemos analizar a los israelitas, miremos por un instante Éxodo 14: 9-12:

"Siguiéndolos, pues, los egipcios, con toda la caballería y carros de Faraón, su gente de a caballo, y todo su ejército, los alcanzaron acampados junto al mar, al lado de Pi-hahirot, delante de Baal-zefón. 

Y cuando Faraón se hubo acercado, los hijos de Israel alzaron sus ojos, y he aquí que los egipcios venían tras ellos; por lo que los hijos de Israel temieron en gran manera, y clamaron a Jehová.
Y dijeron a Moisés: ¿No había sepulcros en Egipto, que nos has sacado para que muramos en el desierto? ¿Por qué has hecho así con nosotros, que nos has sacado de Egipto? 


¿No es esto lo que te hablamos en Egipto, diciendo: Déjanos servir a los egipcios? Porque mejor nos fuera servir a los egipcios, que morir nosotros en el desierto."


Este trozo de la historia acontece un día después de la salida de Israel de Egipto, recordemos que parten con el visto bueno del Faraón, porque por causa de sus negativas Egipto había quedado arrasado por la mano de Dios (Éxodo capt. 5 al 13), es decir, salieron por una serie de milagros poderosos de parte de Dios, y, ¿qué es lo primero que ven los israelitas? ellos tenían sus ojos puestos en las circunstancias, no tenían la capacidad de detenerse por un momento y recordar que habían salido de Egipto porque Dios había manifestado su poder y estando entre el mar rojo y el ejército del Faraón dejan relucir su esencia, dejan salir a flote la queja, el derrotismo, el negativismo, la conformidad, el egoísmo, algo que al parecer se cultivó durante los años de cautiverio; estas características las manifestó Israel durante todo su peregrinaje rumbo a la tierra prometida y por esa razón, todos los que salieron de Egipto mueren durante ese peregrinaje (a excepción de Josué y Caleb). Estos motivos son los que llevan a Dios a ir al desierto a buscar al único israelita que no se había contagiado de esas actitudes. Durante esos 40 años que vivió en el desierto, Moisés se convirtió en una "oveja de dos patas", manso, humilde, fiel, la persona apta para realizar el trabajo que Dios requería en ese momento, pero, ¿qué significa el desierto? el desierto no es ni la prueba, ni la tribulación, ni nada de eso, ese desierto representa el tiempo a solas conmigo mismo, en ese desierto Moisés pudo hacer un auto análisis de lo que era (violento, arrogante, altivo), análisis que lo confronta y permite que Dios obre, produciendo cambios importantes en él (no había alguien más manso que Moisés, Núm. 12:3), si queremos que Dios nos use poderosamente debemos pasar por ese desierto, en otras palabras, debemos pasar tiempo con nosotros mismos en soledad, en oración y meditación de la palabra de Dios. Hoy en día la soledad aterra a nuestra sociedad, por eso existen muchos métodos y tecnologías para tener compañía (las redes sociales, el celular, el whats app, etc), si Moisés viviera en esta época quizás estaría en tratamiento psicológico porque la soledad le produciría depresión.

Es necesario pasar tiempo con nosotros mismos. Yo heredé de parte de mi abuela paterna el talento para el dibujo, he realizado infinidad de dibujos, retratos e ilustraciones de gran factura (cabe aclarar que mi profesión es el diseño gráfico) y mi familia ha sido testigo de la cantidad de dibujos que he realizado, lo que nos llevó a sucumbir ante la costumbre, tanto mi familia como yo nos acostumbramos a que yo dibujo muy bien, entonces, cualquier dibujo, por más hermoso que fuera, para nosotros es normal, pero un día, durante mi época de estudiante, estaba sólo, acababa de hacer una tarea, tuve que realizar unas ilustraciones con diferentes técnicas, cuando acabe dichas ilustraciones, las observé detalladamente, insisto estaba sólo, no había TV, ni radio, ni celular, estaba completamente sólo en frente de mi obra de arte, allí me di cuenta que había sido equipado con un talento formidable, que sin merecerlo, tenía algo que muchos no tienen y anhelan tener, eso produjo un deseo incontenible de adorar a Dios, lo adoraba por su infinita misericordia, por su amor, lo adoraba porque era el único ser digno de mi rendición total, en ese momento pasé de estar a solas conmigo mismo para estar a solas con Dios. Si no eres capaz de pasar tiempo a solos contigo mismo, no vas a poder pasar tiempo a solas con Dios, mucho menos llevar a cabo el llamado que él te ha hecho.

Volvamos a Moisés, en Éxodo 3: 2, Dios le habla a Moisés a través de una zarza ardiente, imaginemos la escena, una zarza que arde en medio de un terreno árido, ahora, quitemos a Moisés y pongamos un israelita cualquiera ¿qué habría hecho? Lo más probable es que le reniegue a Dios, le habría dicho algo más o menos así:

“Señor ¿cómo se te ocurre aparecer en una zarza ardiente?, ¡mira este terreno, es difícil encontrar un árbol para refugiarse del sol y a ti se te ocurre quemar una planta para hablarme! ¿por qué mejor, no lo hiciste a través de una ovejita?...”

Pero Moisés que hace al ver la zarza ardiendo…

Él quita el calzado de sus pies y ¡adora! (Éxodo3: 5-6) ¿quieres ser un adorador? Entonces pasa tiempo contigo mismo, analízate, auto critícate, escudríñate a ti mismo y busca lo que no te deja escuchar ni ver a Dios, eso es renovar el entendimiento (Romanos 12: 2) ¡por esa razón comprobó Moisés cuál era la buena voluntad de Dios agradable y perfecta! Pasar tiempo a solas con nosotros mismos es la clave para vivir una vida que agrade a Dios y para que hallan cambios radicales en nosotros.



David Gutiérrez Medina
Misión 586 12, Comunidad Cristiana

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